Me vendiste por nada,
y para mí
valías tanto…
Me traicionaste a la espalda
a pesar de que mi corazón
te estaba siempre delante…
Cuando estuviste lejano
mis cartas no te faltaron…
en las tempestades de la vida
vine a buscarte.
También tus adversarios
se transformaron en míos,
aunque los más fuertes
me dejaban en el suelo
humillado…
Lo único que para mí
contaba era haberte defendido.
Por ti mi corazón batía,
Corazón
de quién ha recorrido caminos tortuosos
antes de ti.
Ahora nuestros senderos
se han dividido, tu has elegido
aquel aparentemente fácil,
entre sonrisas y mentiras,
entre empujones y codazos
entre la mayoría.
¡Adiós¡
Espero que tú no quedes
siempre como un perdedor,
con un agujero negro en el corazón.
Ahora tengo que irme..
no hay más tiempo
mí camino es
en cuesta,
ese me lleva sobre altas cumbres
y sobre mórbidas nubes.
Desde aquí no puedes hacer camino
y daño a los otros…
aquí se está solitario,
pero te aseguro
¡el panorama es maravilloso¡
Poesía de una vida.
Historia de quién deja
la cautividad de los grandes,
baja del carrusel del mundo,
del tobogán de los sueños,
del columpio del tiempo,
¡Ya no más papel de lija para el cerebro¡
Habla el silencio de un corazón
entre aquellos que no escuchan.
Sentimientos mucho tiempo
retenidos, ahora lanzados lejos,
en el mar, en la corriente del amor…
a la búsqueda de horizontes solares
y de cielos estrellados,
donde los animales están libres,
los hombres diversos,
las mujeres verdaderas,
el aire es fresco,
las flores coloradas,
los niños siempre felices…
allí donde encuentras la sonrisa
de DIOS.
Solo no estaba
cuando me tejías en el regazo
de mi madre y Me atabas a ella
con cuerdas humanas.
Mi primer llanto encontró
el acogimiento de quién Tú
elegiste para mí: padre,
madre y hermana, después más adelante
mi sonrisa esperó el llanto
de mi hermano.
Poco comprendí de tantos cuidados
y de tanto amor.
Desee ir más allá…
a países lejanos… olvidado
de la tierra y del mar.
Solo no estaba cuando de Tú
Cielo tenías paciencia por mí, mientras
me afanaba a negar Tú
existencia y a la conciencia
puse el babero.
Un tiempo era libre
como el viento
en la orilla del mar.
Después me capturaron los grandes…
Pero yo no me había
nunca rendido.
Entonces para mí correr
Era todo, hoy en cambio
me he parado, pero
he conocido el potente Salvador…
Él ha donado
Su Vida en cambio
de la mía.
Su Gracia me ha
rendido a Él,
el unigénito Hijo de Dios.
Ahora soy verdaderamente
Libre, y todos junto
a los perseguidos en Cristo
volamos en alto como
las águilas, esperando
en la libertad del Espíritu
Su glorioso retorno.
Entonces de la
vida la botella perdía
y en el polvo el enemigo
del alma mía me aterraba
y desde la morada de los muertos se
me abrieron las puertas. De mí
gloria solo quedó el grito. Tú, el Omnipotente,
bajaste hasta mí como el
Fuerte que crea, el Potente
que salva, el Yo Soy el Camino,
la Verdad y la Vida.
Gracias Señor Jesús por haberme
donado una vida nueva,
rebosante de Paz, de Alegría
y de Amor.
Solo tú has podido llenar
ese vacío de mi corazón
con forma de Dios. Solo no soy
ahora que Te tengo siempre conmigo.
Miles sueños de una nave,
en la botella de vidrio.
Sueños de niños.
Un alma en una vida para cada uno.
Muchos prefieren la seguridad de la botella
y las propias naves se transformaron en objetos de decoración.
Los más temerarios rompieron las botellas
y las naves navegaron
sobre trozos de vidrio.
Desde la portilla el marinero vio
su tierra desaparecer en el horizonte.
Otros vieron un amigo a través
del cristal de un parlatorio.
Jóvenes mujeres terminaron
entre las difusas luces de las vitrinas.
Algunos prefirieron
las transparencias de las jeringas.
Yo miraba en soledad
el horizonte de la tierra firme:
el secreto estaba celado en el fondo.
Lo arranqué
y mi nave se encontró en mar abierto,
entre las ondas frías de la noche, acariciada
por el sol en la quietud del mar calmo.
El amor fue mi brújula
E encontré mi tierra.
Hoy soy grande y custodio
Una botella de vidrio con la nave dentro.